Cómo montar un coro sin saber cantar


Nunca se me había ocurrido pensar cómo podrían -por ejemplo- cantar en un convento en donde sus monjes hubiesen hecho votos de silencio.

Afortunadamente, los monjes de los alrededores de Mollala solucionaron el problema.

En la presentación del coro de los Silent Monks (Monjes Silenciosos) siempre se lee una introducción a modo de presentación:


Señoras y señores: 
La Primera Iglesia Bautista se siente orgullosa para brindarles a nuestros siguientes invitados.  Ellos son “Los Monjes Silenciosos”. Nos visitan esta noche desde la reclusión de su claustro monástico, alto en los ascéticos abnegados alrededores de Mollala. Allí, ellos obedientemente evitan los avíos de la modernidad y viven una vida de negación. Esta Orden Fraternal ha tomado votos de silencio y visten tejidos bastos, como singnos de su devoción a las demandas más altas que las de la carnalidad mundana y el esencialismo banal.
Pero la Biblia los instó a “hacer un ruido alegre al Señor”.
De esa manera, su dilema es evidente:
Cómo proferir alabanzas adecuadas que ni viole ni vicie, pero confirme sus votos.
Que estén aquí esta noche prueba que han descubierto una creativa y monumental solución a este dilema teológico.
Los dejamos con   “Los Monjes silenciosos”.


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